Una visión de esperanza

12 de junio

«Sí, somos una visión de esperanza…»

Texto Básico, p. 61

Cuando llegamos al final del camino, muchos habíamos per­dido toda esperanza de vivir sin consumir drogas. Creíamos que estábamos condenados a morir de nuestra enfermedad. ¡Qué inspirador fue llegar a nuestra primera reunión y ver una sala llena de adictos que se mantenían limpios! Un adicto limpio es, efectivamente, una visión de esperanza.

Hoy en día damos esa misma esperanza a otros. Los recién llegados ven una luz de alegría en nuestros ojos, notan cómo nos comportamos, nos escuchan hablar en las reuniones y a menudo desean lo que hemos encontrado. Creen en nosotros hasta que aprenden a creer en sí mismos.

Los recién llegados oyen nuestro mensaje de esperanza. Tienen tendencia a idealizarnos. No siempre se dan cuenta de nuestra lucha con un defecto de carácter en particular o de nuestras difi­cultades para mejorar nuestro contacto consciente con un Poder Superior. Tardan tiempo en ver que nosotros, «los veteranos» de tres, seis o diez años limpios, a menudo anteponemos las personalidades a los principios o tenemos otros desagradables defectos de carácter.

Sí, el recién llegado a veces nos pone en un pedestal. Sin embargo, es bueno admitir abiertamente nuestras luchas en re­cuperación porque, con el tiempo, el recién llegado tendrá que atravesar las mismas dificultades y entonces recordará que otros pasaron por lo mismo y se mantuvieron limpios.

Sólo por hoy: Recordaré que soy un faro para todos los que siguen mi camino, soy una visión de esperanza.